Cuando te enfrentas a una tarea por hacer, sobre todo si requiere de cierto esfuerzo o concentración por tu parte, lo primero que piensas es que debes armarte con una buena dosis de motivación. ¿No es así?
La motivación está en la mente de todos cuando pensamos en la actividad profesional que desarrollamos.
Sobre todo, cuando observamos a personas que hacen cosas que nos parecen extremadamente difíciles, pensamos en la enorme cantidad de motivación que tendrán.
Lo primero que se plantea en muchas empresas es si los trabajadores están motivados.
En definitiva, la motivación es algo que se utiliza muy a menudo.
Pero lo cierto es que no necesitas una gran cantidad de motivación para realizar cualquier tarea.
Cuando vas a comenzar a hacer algo, te enfrentas a una situación análoga a cuando vas a empezar a mover un objeto apoyado en el suelo simplemente empujándolo. En el primer momento encuentras una cierta resistencia, ya que el objeto experimenta una fricción con la superficie del suelo.
Pero si logras vencer esa resistencia y el objeto comienza a moverse, notas cómo el esfuerzo que debes hacer es bastante menor que al principio.
Cuando vas a ejecutar una tarea sucede lo mismo. Te cuesta ponerte en marcha. Puedes encontrar montones de buenas excusas para no comenzar. Seguro que se te ocurren muchas otras tareas que tienes pendientes, y tienes ganas de ponerte a hacerlas.
Esto te pasa sobre todo cuando la tarea que debes hacer, como hemos dicho antes, requiere de un esfuerzo significativo, o es compleja, o delicada.
Si logras vencer esa primera resistencia y comenzar a hacer la tarea, verás como enseguida todo es mucho más fácil.
Hay técnicas que puedes utilizar para mejorar tu rendimiento en esto de la motivación necesaria para ponerte en marcha con las tareas que debes hacer.
Te voy a poner 2 ejemplos:
- Evitar la necesidad de motivación para hacer algo: En este caso la clave está en el entorno. Lo percibas o no, tu entorno influye mucho en las acciones que realizas. En un entorno equivocado, encontrarás muy difícil hacer las tareas que debes hacer, incluso si tienes una gran cantidad de motivación. Por tanto, cambia el entorno para que sea sencillo hacer lo que debes, y complicado no hacerlo. Crea un entorno que te empuje a hacer lo que quieres hacer. Por ejemplo: si le quitas el sonido al móvil, cierras en el ordenador todo lo que no te haga falta (correo electrónico, redes sociales, otros programas, etc) y colocas otros papeles a cierta distancia de ti, será más fácil que empieces a hacer ese informe que has estado dejando para después.
- Utilizar la motivación en el momento adecuado: como hemos comentado, a menudo es al comienzo de una tarea cuando más necesitas un extra de motivación. Pero seguramente, después de empezar a hacerla notas cómo ya no debes recurrir a tu motivación para seguir adelante. La has necesitado solamente durante unos segundos. Hay situaciones diferentes, en las que necesitas motivación para no comer demasiado, para no acostarte demasiado tarde, etc. En cada caso debes preguntarte en qué momento necesitarás más la motivación, y solamente emplearla en ese momento delicado. Debes recurrir a tu motivación cuando más fuerte sea la tentación de hacer o no hacer algo.
Si las tareas que debemos hacer son demasiado complejas para nosotros, o no tenemos las herramientas adecuadas, o el tiempo es claramente insuficiente, nos falta información, etc., de nada servirá que tengamos una tonelada de motivación.
En muchas ocasiones, las personas están suficientemente motivadas, pero no alcanzan los resultados deseados por otros motivos.
Para no necesitar una gran cantidad de motivación, debes crear siempre el entorno adecuado y analizar en qué momento tendrás la mayor debilidad.
Un truco adicional es no cuestionar el valor o la adecuación de una tarea justo antes de comenzarla. Si debes cuestionarte lo que estás haciendo, es mejor que lo hagas en un momento que programes para ello. Así, durante el tiempo que estés trabajando en tu tarea no te preguntarás si merece la pena, y no tendrás la tentación de dejarla.
¿En qué situaciones notas que necesitas más motivación? ¿Y qué trucos te ayudan? Me puedes dejar tus comentarios más abajo.