Da igual a qué reto te enfrentes, personal o profesional. Si es un verdadero reto, es difícil de lograr. Pero hay buenas noticias: todo está en tu mente. Y puedes trabajar con tu mente para mejorar tus resultados.

Todo está en tu mente

En infinidad de ocasiones me he encontrado bloqueado, incapaz de dar un solo paso adelante.

Las circunstancias me han superado, las dificultades me han desbordado, mi objetivo me ha parecido inalcanzable.

Y en muchas de esas ocasiones, me he sentido tentado de tirar la toalla, he estado a punto de rendirme y dejarme llevar por las circunstancias.

Pero ¿sabes lo que he descubierto?

He descubierto que la mayor parte de las veces tanto el problema como la solución está en mi mente. Mi mente fabrica un problema que parece imposible de resolver pero finalmente es ella misma la que propone la solución.

¿Por qué sucede esto?

Aquí te muestro algunas de las conclusiones a las que he llegado en mi propia experiencia:

  1. Tu mente crea una visión del mundo, y tú inconscientemente buscas los detalles que justifiquen esa visión. En realidad, buscas sentirte seguro. Si piensas que algo es imposible, todo parecerá demostrar que lo es.
  2. Cuando tú implantas un concepto en tu mente, según el cual las cosas funcionan de una manera, al cabo de un cierto tiempo creerás que es imposible que puedan funcionar de otra manera diferente. Pero, ¿y si pudieran?
  3. Las rutinas adquiridas fabrican conexiones preferentes entre tus neuronas. Por eso, siempre es más sencillo no cambiar nada en tu forma de hacer las cosas. Siempre tendrás la tendencia de hacer las cosas como siempre las has hecho.
  4. Todos tenemos un instinto de conservación. Ese instinto es alimentado desde niños para que no arriesguemos en nada. Todo lo desconocido es malo y peligroso. Pero a veces para alcanzar un objetivo tienes que salir de los caminos conocidos.

La forma en que nos relacionamos con el mundo en nuestro día a día está en nuestra mente.

La forma en que nos relacionamos con el mundo está en nuestra mente. 

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Por fortuna, nuestra mente nos ofrece también las soluciones a las dificultades.

Podemos moldearla entrenando y practicando: creando nuevas conexiones entre neuronas, poniendo a prueba los conceptos y visiones de siempre, corriendo un riesgo y comprobando que no pasa nada. Incluso fracasando y comprobando que tampoco es el fin.

Nuestra capacidad de esfuerzo, nuestra fuerza de voluntad, nuestra confianza en nosotros mismos reside en nuestra mente. Podemos emplear la infraestructura que conforma las operaciones de nuestra mente para ponerla a trabajar en la dirección que queremos.

¿Cómo?

Poniendo objetivos a alcanzar, y visualizando la distancia que hay entre la situación actual y el éxito pretendido.

Planificando las actividades diarias con sentencias del tipo si…. entonces…

Afrontando retos en los que tengamos que ampliar o mejorar nuestras capacidades.

La neurociencia lleva tiempo aportando recetas muy útiles para que comencemos a emplear nuestra mente como la potente máquina que es, sin dejarnos sabotear por mecanismos diseñados para conseguir únicamente la supervivencia.

 

Pregunta: ¿Cómo has hecho tú para poner tu mente a trabajar para ti? ¿Sientes que a veces te juega malas pasadas? Déjame tus comentarios Déjame tus comentarios