A veces el camino que recorro se vuelve demasiado empinado. Me siento pesado, sin ideas, desorientado. Tengo que recurrir a una dosis extra de combustible para seguir dando pasos hacia mi meta. Es en ese momento en el que me acuerdo de una fuerza especial que me han enseñado a utilizar: LA ILUSIÓN.
Al margen de visión, objetivos, estrategias, proyectos, etc., existe esta fuerza más primordial y básica para llevarte en la buena dirección. La pura y simple ilusión por conseguir algo.
Puede parecer en principio algo banal que a estas alturas nos hablen de ilusión. Parece algo más bien de niños, ¿no?
Pues no. Hay algunas cosas de los niños que deberían ser directamente exportadas al mundo de los adultos: la creatividad, la ausencia de miedo a equivocarse,… La ILUSIÓN es una de ellas.
¿Has observado cómo se comporta un niño cuando algo le hace realmente ilusión?
No hay obstáculo que sea suficientemente grande, no hay cansancio, no hay horarios, no hay reglas, no hay nada que se pueda interponer entre él y su objetivo.
Se trata de la ilusión pura por conseguir algo, por ir a un sitio, por jugar a algo. Es una fuerza primitiva, simple, que se define a sí misma sin necesidad de más términos.
Pocas cosas hay para mí más tristes que ver a alguien que no tiene ilusión. Y lamentablemente en nuestro mundo de hoy en día, en un momento en que parece que lo podemos tener todo, abundan las personas con esta carencia.
Hay 5 razones por las que pienso que la ilusión constituye una fuerza increíble para cualquier persona:
- Te ayuda a simplificar: si tienes ilusión por algo, tienes ilusión por algo. No hay nada más que añadir. No hay que definir, ni explicar, ni valorar. Después tendrás que trabajar para alcanzar aquello que te ilusiona, y ahí vendrán los proyectos, los objetivos, las estrategias, las dificultades, etc. Pero la ilusión simplifica tu mirada y, más importante, tu cabeza.
- Te aporta energía de forma inmediata: es como esos medicamentos que tienen un efecto muy rápido sobre tu organismo. Una dosis de ilusión y ¡adelante!
- Te ayuda a ser más optimista: si tu mente está orientada hacia algo que te hace sentir muy bien, seguro que te cuesta menos esfuerzo continuar el camino, aunque sea duro (como ya te expliqué aquí, todo está en tu mente; y como ya te dije aquí, podemos aprovechar los mecanismos de funcionamiento de nuestra mente para obtener mejores resultados).
- Te facilita un punto de referencia: todos tenemos muchas cosas en la cabeza al mismo tiempo. Atender a todas a la vez se vuelve muy complicado. Pero las cosas por las que tenemos una ilusión real y verdadera brillan con más intensidad que las demás, por lo que a menudo les acabamos dando la prioridad adecuada.
- Te ayuda con las demás cosas que hay en tu agenda: cuando algo te hace mucha ilusión, esa sensación positiva y de alegría interior se contagia a toda tu persona, a todas tus actividades.
¿Que no tienes ilusión, o no sabes con qué ilusionarte?
No hay mejor remedio que conocerte bien para ver con claridad qué cosas te ilusionan. Reflexiona sobre tus gustos, tu personalidad, tus aptitudes. Enseguida verás que algunas cosas brillan con mucha intensidad. Esas son las que realmente te hacen ilusión.
Ya dispones de un combustible extraordinario. Y lo mejor: gratis.
¿Qué cosas son las que más ilusión te hacen ahora mismo? Me puedes dejar tus comentarios más abajo.